La migración en tránsito por México

Hoy en día la migración se observa como un fenómeno global complejo y de gran relevancia. Según la Organización de las Naciones Unidas, en el primer lustro de este siglo, cerca de 200 millones de personas residían fuera de sus países por razones de trabajo. En México, este proceso migratorio se presenta con intensidad por ser un país de expulsión, tránsito, recepción y movilidad interna de migrantes. La posición geográfica de México representa un paso natural hacia los Estados Unidos para migrantes provenientes de regiones con menor nivel de desarrollo, como lo son algunos países de Centroamérica.

El fin de las guerras civiles, las crisis económicas, la pobreza, la desigualdad social, la ubicación geográfica y los desastres naturales son algunas de las causas por las que la migración Centroamericana se ha incrementado de manera considerable en los últimos veinte años.
Debido a su condición de vulnerabilidad en su paso por México, los migrantes se enfrentan con un sin fin de peligros y situaciones donde se ven expuestos a sufrir violaciones, que van desde las agresiones verbales hasta la extorsión, tortura y secuestros masivos, por mencionar algunas, convirtiendo a México en una frontera transversal de más cuatro mil kilómetros.

En su camino hacia Estados Unidos, los migrantes transitan por diversas rutas y medios de transporte; uno de los medios más recurrentes es el tren de carga. Guadalajara es parte de la ruta de Occidente del país en donde los vecinos, que habitan en las proximidades de las vías, confirman el paso de los migrantes desde hace más de cuarenta años. Cuando llegan a la ciudad, han viajado aproximadamente entre 15 y 20 días; generalmente llegan con hambre, frío, sed, enfermos y temerosos ante los riesgos que implica el viaje.

FM4 Paso Libre surge entonces como una organización sin fines de lucro formada por un grupo interdisciplinario de jóvenes que, al tener un acercamiento directo con el fenómeno migratorio en diferentes puntos de la República Mexicana, decide emprender un proyecto de intervención integral con migrantes en tránsito en la Zona Metropolitana de Guadalajara.

FM4 Paso Libre

Actualmente, FM4 Paso Libre está integrado por miembros encargados de la operación y logística de la organización y con colaboradores que apoyan en tareas específicas. Asimismo, se trabaja en conjunto con personas que viven en las inmediaciones de las vías del tren, con instituciones educativas, centros de investigación y una red de donadores.

FM4 Paso Libre tiene la visión de ser una organización que promueva y trabaje por la erradicación de la migración obligada y un libre y digno tránsito de las personas en el mundo con base en el respeto de sus Derechos Humanos.

Nuestra misión es trabajar a través de la acción humanitaria y jurídica, la incidencia en políticas públicas, la vinculación con organizaciones afines, la investigación, difusión y concientización sobre el fenómeno migratorio.

Los valores que guían el trabajo de FM4 Paso Libre son la solidaridad, la justicia, la dignidad, el respeto, la tolerancia, la inclusión, el compromiso, la honestidad y el diálogo.

Poema de un migrante

Siempre hay un mañana y un ayer.
Siempre una despedida y un volver.
Y es la misma historia
que a menudo se repite de querer volver.

Vuelven las estaciones del año
y con ellas su acontecer;
vuelve el huerto a florecer,
el fruto a crecer y las hojas a caer.

Y en un atardecer encendido,
regresan las aves a su nido,
a dar calor y abrigo,
y a sus polluelos proteger.

Y nosotros, para bien o para mal,
siempre queremos volver
a donde quedó enterrado el cordón umbilical.
Y, ¿qué sucede cuando volvemos al sitio anhelado?

Entonces nos damos cuenta
que la mente nos ha traicionado;
que nada es lo mismo,
que todo ha cambiado;
que aquel ambiente antes nuestro y halagüeño,
ahora es ajeno, tiene otro dueño.

Que ya no existe aquel humilde hogar
donde un día todo fuera luz y alegría,
y hoy, aquel paraje triste,
solo semeja una tumba fría.
Entonces nuestros ojos entristecen
al ver el solar baldío
donde triste canta un grillo
y unas hierbas crecen.
Y ¿qué nos queda entonces?

Solamente volver de nuevo
al exilio voluntario,
a voltear las hojas del calendario
y a esperar que una fría mañana
o un lluvioso atardecer,
tengamos que emprender
el viaje del no volver.