Siempre hay un mañana y un ayer.
Siempre una despedida y un volver.
Y es la misma historia
que a menudo se repite de querer volver.
Vuelven las estaciones del año
y con ellas su acontecer;
vuelve el huerto a florecer,
el fruto a crecer y las hojas a caer.
Y en un atardecer encendido,
regresan las aves a su nido,
a dar calor y abrigo,
y a sus polluelos proteger.
Y nosotros, para bien o para mal,
siempre queremos volver
a donde quedó enterrado el cordón umbilical.
Y, ¿qué sucede cuando volvemos al sitio anhelado?
Entonces nos damos cuenta
que la mente nos ha traicionado;
que nada es lo mismo,
que todo ha cambiado;
que aquel ambiente antes nuestro y halagüeño,
ahora es ajeno, tiene otro dueño.
Que ya no existe aquel humilde hogar
donde un día todo fuera luz y alegría,
y hoy, aquel paraje triste,
solo semeja una tumba fría.
Entonces nuestros ojos entristecen
al ver el solar baldío
donde triste canta un grillo
y unas hierbas crecen.
Y ¿qué nos queda entonces?
Solamente volver de nuevo
al exilio voluntario,
a voltear las hojas del calendario
y a esperar que una fría mañana
o un lluvioso atardecer,
tengamos que emprender
el viaje del no volver.
ooooooooooooooooooooooooooo
ResponderEliminarExcelente poema, me sirvio muy bien para una tarea, graciias
ResponderEliminarAmi igual
EliminarGracias,
Eliminarvalla que me gusto el poema
ResponderEliminargracias genial sige asi y llegaras lejos
ResponderEliminargrsia por aser tan lindo poema me servira de gia para mi propia conposicio,,,,,,,,,,
ResponderEliminarsi me sirvio gracias
ResponderEliminarmuy bueno me siento identificado con este poema es mi realidad gracias
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