Por Isabel Gutierrez
En equipo colaboramos por un mismo objetivo,
sin embargo somos tantas y tantos mundos,
cabezas e ideas, que nos hacen ser por fortuna diferentes.
Pero pensarnos y vernos diferentes, no es crear indiferencia,
si no una empatia entre tantos mundos, y llegar a un equilibrio
de pensares y saberes.
Es pues esta necesidad de buscar un algo que nos mueve
a comulgar por una lucha en común,
siendo y dando el resultado, en cada uno lo que no nos mantiene,
aun con la adversidad y esos horizontes que nos parecen lejanos
a la mano. Entonces poder pensarnos, como un solo organismo,
como si de un híbrido habláramos, así como hasta ahora
el tiempo nos lo ha ido marcando. Y crecer alto y a lo ancho,
ocupando ese espacio que la sociedad ha dejado vacío.
Que esta realidad tan verdaderamente insoportable,
nos de la base para unificar un cambio, para marcar pasos
y para entender que la paciencia y la constancia,
son en buena parte la sazón del movimiento. ( " de por si" ).
Pensemonos como los invisibles, que aportan ojos,
para esos ciegos y faltos de una tierra, ajena a la de
nuestro entendimiento, entre tantos mundos, las dificultades
son como ríos en agosto y llegar a otra cabezas implicará pues
calmar esas aguas, que andan un poco revolcadas.
Aprendamos que aplaudir los logros, no tienen siempre,
que ser individuales y que el aplauso de saborea mas
si se comparte.
Y,que nadie se sienta indispensable,
pero que se consideré ejecutor de cambios
y trazador de caminos transitables.
Pensemos pues, que en esto,
junto con nuestros migrantes,
también somos los nadie, pero con rostro.