Poema de un migrante

Siempre hay un mañana y un ayer.
Siempre una despedida y un volver.
Y es la misma historia
que a menudo se repite de querer volver.

Vuelven las estaciones del año
y con ellas su acontecer;
vuelve el huerto a florecer,
el fruto a crecer y las hojas a caer.

Y en un atardecer encendido,
regresan las aves a su nido,
a dar calor y abrigo,
y a sus polluelos proteger.

Y nosotros, para bien o para mal,
siempre queremos volver
a donde quedó enterrado el cordón umbilical.
Y, ¿qué sucede cuando volvemos al sitio anhelado?

Entonces nos damos cuenta
que la mente nos ha traicionado;
que nada es lo mismo,
que todo ha cambiado;
que aquel ambiente antes nuestro y halagüeño,
ahora es ajeno, tiene otro dueño.

Que ya no existe aquel humilde hogar
donde un día todo fuera luz y alegría,
y hoy, aquel paraje triste,
solo semeja una tumba fría.
Entonces nuestros ojos entristecen
al ver el solar baldío
donde triste canta un grillo
y unas hierbas crecen.
Y ¿qué nos queda entonces?

Solamente volver de nuevo
al exilio voluntario,
a voltear las hojas del calendario
y a esperar que una fría mañana
o un lluvioso atardecer,
tengamos que emprender
el viaje del no volver.

9 comentarios:

  1. ooooooooooooooooooooooooooo

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  2. Excelente poema, me sirvio muy bien para una tarea, graciias

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  3. valla que me gusto el poema

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  4. gracias genial sige asi y llegaras lejos

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  5. grsia por aser tan lindo poema me servira de gia para mi propia conposicio,,,,,,,,,,

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  6. muy bueno me siento identificado con este poema es mi realidad gracias

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