En la sociedad tapatía hay indiferencia y racismo hacia los migrantes: FM4

JORGE COVARRUBIAS

“¿No sé por qué le pusieron Guatemala? … pero es Guatebuena”, sonrió Gilberto Orellana a las cámaras de FM4 Paso Libre, la organización no gubernamental que desde hace tres años da de comer, y en ocasiones calza y viste a los indocumentados centroamericanos que trepan al ferrocarril para ir a los Estados Unidos en busca del “sueño americano”. La ONG presentó ayer su primer informe  y avances de un diagnóstico más completo que será entregado en febrero del próximo año.

En las conclusiones preliminares que arrojan los datos del informe, tras haber realizado encuestas a los denominados trampas desde noviembre del año pasado, FM4 Paso Libre señala que estos grupos sociales están en condiciones de alta vulnerabilidad durante el trayecto que va de su lugar de origen a la Zona Metropolitana de Guadalajara.

“Nos percatamos de que son víctimas de una doble violación a los derechos humanos, por un lado los abusos perpetrados por las propias autoridades y por otro la omisión de las autoridades al permitir que sean objeto de actos criminales de parte de grupos delincuenciales. Otra constatación es que efectivamente los mexicanos que migran a los Estados Unidos empiezan a tomar las mismas rutas que los centroamericanos y también se ven sujetos a sufrir vejaciones en el camino”, dice el informe.

La ONG recopiló testimonios en un video que presentó previo a su primer informe de actividades. Estaban los de Anthony Joseph, un joven migrante hondureño que tiene una esposa y un bebé de un año. El propio Gilberto Orellana, un sexagenario que desea una vida mejor para su familia, al que le preocupa la violencia de los Mara Salvatrucha, y Estela Camey, una mujer que perdió una pierna al ser arrollada por el ferrocarril en su intento por trepar a éste.

“Nos ves emigrando aquí con nuestros hijos pequeños para poderlos sacar de ese rollo, que no nos los maten, que vivan más porque los amamos”, dijo Orellana.

El video incluye también la opinión de dos académicos especializados en migración; Jorge Rocha del ITESO y Eduardo González del Tecnológico de Monterrey. Este último identifica cuatro rutas en el tránsito de los inmigrantes. La primera y más corta, pero a la vez la más peligrosa, es la del Golfo de México. Una ruta más que parte al país desde el centro del occidente que llega a Nuevo Laredo, Tamaulipas y a Ciudad Juárez. De ahí se desprende una ruta hacia Guadalajara que es la más larga, pero de acuerdo a los inmigrantes, la más segura.

“México es una frontera vertical de cuatro mil kilómetros de distancia”, apuntó.

González señala que la sociedad tapatía es ampliamente indiferente al fenómeno, lo que convierte a los indocumentados en sujetos vulnerables a todo tipo de violaciones. Para Rocha, se demuestra que los mexicanos no sólo pueden ser racistas con los indígenas, sino también con los centroamericanos.

“La nacionalidad que proporcionalmente ha sido más victimizada en su trayecto hasta la ZMG es la salvadoreña ", detalla otra de las conclusiones.

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